Abundancia

Hay más buenas personas en el mundo que tiempo para conocerlas, más recursos de los que puedas manejar y más ideas en la mente que granos de arena en la playa.

Somos seres finitos persiguiendo el infinito.

El principio de la abundancia nos hace ver lo poco que necesitamos, lo mucho que la vida nos ofrece y lo insignificante que son los problemas.

Cuando comprendemos la magnitud de la abundancia que nos rodea aprendemos a ser más generosos, a soltar y a seguir adelante. El miedo no tiene poder cuando no hay nada que perder.

Asimilar este principio te va a ayudar a enfocarte. Ganar y perder son dos polos de la misma cosa. Destruir es crear, crear es destruir.

Para todo hay un lugar y un momento. Esto no significa no apreciar lo que tenemos ni desperdiciar inútilmente. Atraemos abundancia y la creamos dejando ir, sin odio ni resentimiento. Con amor, en paz.

Lo único que te vas a llevar es la persona que fuiste. Esto es lo que vale, lo demás es accesorio.

Objetivos en 5 pasos

Una forma efectiva de establecer objetivos:

  1. Claro y específico
    Los objetivos y el progreso tienen que ser medibles de alguna manera. ¿Cómo sabemos si se logró un objetivo si no sabemos exactamente cual es? Incluso cuando pensamos en cosas tan abstractas como ser mejor persona o ser más felices, siempre podemos encontrar una forma de medirlo que tenga sentido para nosotros. Comer más sano no es un objetivo bien definido, comer verduras al menos dos veces por semana si.
  2. Grandes objetivos
    Los objetivos tienen que ser parte de una visión de vida y tienen que significar una motivación que justifique el esfuerzo. Nadie va al gimnasio a bajar un kilo ni mucho menos a mantenerlo. Está bien tener pasos intermedios en el camino a una meta más ambiciosa, pero en el fondo buscamos transformar nuestras vidas, los objetivos son vías para esa transformación.
  3. Escribirlos
    Si no está escrito no cuenta. La vida está llena de distracciones y cosas que compiten por nuestra atención. La memoria tiene un límite y no siempre prioriza lo más importante. Las ideas y los pensamientos van y vienen, pero lo que está escrito permanece, porque tiene un lugar en el mundo real. Hay una gran diferencia entre pensar y escribir. Cuando el cuerpo se involucra el mensaje es claro, esto es importante.
  4. Revisar los objetivos cada día
    Este punto está relacionado con el anterior. Es bueno tener presente hacia dónde vamos y recordarlo todos los días, revisar el progreso regularmente y hacer los ajustes necesarios sobre la marcha. Solo hacer esto reduce drásticamente la procrastinación, las distracciones y el tiempo que nos toma alcanzar cualquier objetivo.
  5. Alineados con tus valores
    Los valores son lo que le dan sentido a nuestras vidas. Si los objetivos no están alineados con nuestros valores fundamentales, los objetivos tampoco van a tener mucho sentido, y será muy difícil sostener el nivel de dedicación necesario en el largo plazo. En última instancia, los objetivos son el compromiso de trabajar hacia una mejor versión de nosotros mismos.

La diferencia entre un deseo y un objetivo es la decisión de crear una nueva realidad. Para crear la vida que queremos vivir es necesario tener objetivos.

Esta publicación está basada en un video de Actualized.org, el canal de Leo Gura. No estoy exagerando cuando digo que su trabajo me cambió la vida.

Ser alguien

Toda mi vida adulta me la he pasado ocupado intentando ser alguien. En una búsqueda permanente. Evadiendo la realidad. Siempre de paso, yendo, anhelando.

¿Qué es ser alguien? ¿No soy alguien ya? ¿Qué encontraría si dejara de buscar? Empiezo a vislumbrar alguna respuesta.

“No soy suficiente” se convierte en “no soy compatible”. No soy compatible con esa persona, con ese trabajo, con ese estilo de vida.

El proceso me muestra el camino. Me veo en las personas que sintonizan mi frecuencia.

No me encontraba ahí afuera, porque estaba acá adentro.

«Solo un tonto intenta llegar al fin de la eternidad».
Memento vitae

Hay al menos cuatro clases de motivaciones:

  1. Las motivaciones que surgen en respuesta a un estímulo externo, o que nos impulsan hacia algo que queremos obtener o lograr.
  2. Las motivaciones que surgen desde y hacia nuestro interior. Si bien pueden manifestarse en el mundo exterior, sea material o intangible, el propósito principal es el crecimiento personal y emocional. Responden a una visión, en el fondo apuntan a una mejor versión de nosotros mismos.
  3. Las motivaciones negativas son fuerzas de repulsión. Responden en oposición a algo indeseado, algo que queremos reducir o eliminar.
  4. Las motivaciones positivas son fuerzas de atracción. Nos mueven hacia algo deseado, algo que queremos amplificar o mantener en nuestras vidas.

El problema con las motivaciones externas es que pueden generar dependencia, y las motivaciones negativas son una respuesta al miedo como mecanismo de defensa. La dependencia nos quita protagonismo y pone la solución en algo que no depende de nosotros. El miedo produce estrés, ansiedad y sufrimiento.

Memento mori dice la frase en latín. Recuerda que vas a morir. Reconocer esto nos invita a considerar la naturaleza finita de la vida, a vivir dignamente y a honrar el milagro que se nos ha concedido.

Sin embargo, podemos ver que la muerte es una motivación externa negativa. Es algo que no tenemos, y que esperamos postergar tanto como sea posible.

El mantra definitivo es la alternativa interna positiva.

Nacemos programados para temerle a la muerte, pero agradecer sinceramente lo más fundamental de todas las cosas resulta no ser tan universal.

Encarnar el mantra definitivo requiere otro nivel de madurez espiritual. Es muy fácil pasar por alto lo que parece ser tan obvio.

La vida está en nosotros todo el tiempo y nos acompaña a donde vamos. Somos vida. Es nuestro presente. Es la fuerza creadora que irradia amor desde nuestro interior hacia el mundo.

«Si juzgamos a la naturaleza con la mesura que merece, solo podremos llegar a la conclusión de que el ser humano es la niña de sus ojos».

—Séneca
La manzana

En cualquier momento dado tenemos solo dos opciones:

  1. Posponer.
  2. O hacer. Empezar ahora.

El cambio es inevitable. Sin una intención clara, puede que el cambio que ocurra no sea el que estás buscando.

Una manzana arriba de la mesa solo necesita tiempo para dejar de ser una manzana. Lo mismo nos pasa a nosotros. La inacción no es necesariamente algo malo, pero cuando se vuelve la norma dejamos de ejercer nuestra libertad. Dejamos en manos del destino cosas que son nuestra responsabilidad.

Sin vela ni remo, el bote solo va hacia donde lo lleva la corriente. La corriente no siempre lleva a buen puerto.

Nadie elige las cartas que le tocan, pero siempre decidimos cómo jugarlas y cuándo abandonar.

Si tenés una vida que vivir vivila ahora, no la dejes para mañana.

El mantra definitivo

Estoy vivo.

Fuego

Se ve, se siente, se oye y se huele.

Pero solo conoce el fuego quien se ha quemado la mano.

El beso de la vida

«Mira al cielo
es el color del amor».

Una cabaña en el bosque

Me encanta la idea de vivir en una cabaña en el medio del bosque. Llevar una vida simple, lenta. No tener nada que hacer. Empezar el día en paz escuchando los pajaros, respirar ese aire limpio. Desayunar afuera mientras escribo en mi diario. Salir a caminar. Poner el escritorio enfrente a una ventana. Escribir mirando la lluvia. Dormir una siesta escuchando la lluvia. Pasarme horas leyendo en silencio. No tener televisión. Tomar un café mirando el fuego de la estufa. Escuchar jazz. Tener un perro o un gato. Tener una camioneta vieja. Dedicar los fines de semana a arreglar lo que se rompe. Cortar mi propia leña, fabricar mis propios muebles. Usar las manos, dejar de pensar. Cocinar sin apuro. Invitarte a cenar.

Hace un tiempo que tengo esta fantasía en la cabeza. Veo que me voy acercando de a poco. La cabaña no es tan importante. Es importante escuchar, prestar atención. Circular libremente entre la realidad y la ficción. Aprender a hablar el lenguaje de los sueños.

Por qué escribo
  • Escribo porque es difícil.
  • Escribo porque me gusta el sonido y la sensación de las teclas. Es un trabajo manual. El texto es como una escultura.
  • Escribo porque en algún momento se me metió la idea en la cabeza. Me sentí identificado, vi una oportunidad. Es mi primera búsqueda artística personal.
  • Escribo para aprender a pensar.
  • Escribo para entender quién soy.
  • Quiero decir algo. Escribo para descubrir que quiero decir. Quiero llegar, motivar, compartir, inspirar, mover, impulsar.
  • Me gusta escribir y lo odio al mismo tiempo. Me da curiosidad esa contradicción. Vuelvo por curiosidad. Escribir es un flirting, un tire y afloje. No tengo ni idea hasta que tengo todas las ideas, enseguida después de publicar.
  • Soy parte del club. Converso con Dalí, con Platón, con Prometeo, con Miguel Ángel.
  • Escribo porque necesito crear, necesito dejar salir algo de todo lo que consumo. No hay ningún objeto en el universo tan egoísta como para tomar todo lo que recibe y no dar nada a cambio. Hasta los agujeros negros emiten radiación.
  • Escribo porque soy introvertido.
  • Escribir me enseña a relajarme, a soltar, a respirar el presente, a tener paciencia, a conectar con el universo.
  • Escribir es gratis. Cualquiera puede hacerlo, pero no cualquiera lo hace.
  • Escribo porque me gusta leer. Porque escribir es una cárcel, pero leer es ser libre.