En el vacío

Vivimos trabajando, cada segundo tiene que ser productivo o llenamos cada momento libre con cualquier cosa que sea mejor que nada.

El ruido, en todas sus formas, es una distracción.

Es una manera de evitar la molestia de enfrentar el vacío existencial, que trae las preguntas que no tienen respuesta.

¿Quién soy? ¿Para qué estoy acá? ¿Qué tengo que hacer?

«En última instancia, el hombre no debería cuestionarse sobre el sentido de la vida, sino comprender que es a él a quien la vida interroga. En otras palabras, la vida pregunta por el hombre, cuestiona al hombre, y este contesta de una única manera: respondiendo de su propia vida y con su propia vida. Solo con la responsabilidad personal se puede contestar a la vida».
Viktor Frankl

Cuanto más evadimos las preguntas por el sentido de la vida, más intentamos en vano llenar el vacío existencial.

El valor de estas preguntas no es necesariamente la respuesta, sino el ejercicio. Aproximarnos un poco más a lo que realmente somos.

El juego

En momentos de dudas o inseguridades me gusta recordarme que es un juego, no más que eso.

Y que yo decido que juego estoy jugando, como jugarlo y que personaje quiero ser.

Mi objetivo es aprender y con el tiempo ser mejor jugador.

Simon Sinek dice que «Los juegos finitos son jugados por jugadores conocidos. Tienen reglas fijas. Y hay un objetivo acordado que, cuando se logra, pone fin al juego. Por ejemplo, el fútbol es un juego finito».

En cambio los juegos infinitos:

«…son jugados por jugadores conocidos y desconocidos. No hay reglas exactas acordadas. Puede que haya convenciones o leyes que rijan como se deben comportar los jugadores. Pero dentro de unos márgenes amplios, los jugadores pueden actuar como quieran. Si optan por romper las convenciones, pueden hacerlo. La manera en la que cada jugador o jugadora decide jugar depende totalmente de él o ella. Y puede cambiar su forma de jugar en cualquier momento y por cualquier razón.

Los jugadores infinitos tienen horizontes temporales infinitos. Y, como no hay una línea de llegada, no hay un fin práctico del juego, este tipo de juego no se puede “ganar”. En un juego infinito, el objetivo principal es seguir jugando, perpetuar el juego».

La vida es un juego infinito, «…ni se pierde ni se gana, los jugadores simplemente se retiran del juego cuando se quedan sin fuerzas y recursos para seguir jugando».

El perdedor no sabe divertirse, sufre el juego, compite por un trofeo que no existe y deja todo de lado, con tal de ser el mejor por un rato.

No te lo tomes tan en serio, es solo un juego.

Lo que hay es lo que ves

Kyuho no puede distinguir muchos de los rojos y verdes que ven las personas con visión normal. En este video prueba lentes diseñados para que las personas daltónicas puedan recuperar los colores que no ven.

La reacción lo dice todo, algo que para nosotros es normal y damos por hecho, para él es una experiencia increíble. Ni siquiera es uno de los casos más extremos, no puedo imaginarme cómo percibe el mundo una persona con acromatopsia y cómo eso influye en su estilo de vida, en las decisiones que toma, en cómo piensa…

No se si quiero pensar la realidad como una sola, como algo que está ahí afuera y que hay que alcanzar como sea.

Me pregunto (y sé que no soy el primero) hasta qué punto nuestra interpretación es una traducción fiel de la realidad.

Como dicen, el mapa no es el territorio.

El camino del aficionado

Aprende a promocionar tu trabajo (Show your work) es la continuación de Roba como un artista (Steal like an artist), mi libro favorito de los que leí el año pasado.

Es una guía para aprender a promocionar tu trabajo, compartir tu creatividad y conectarte con las personas que comparten los mismos intereses.

Lo que me gusta de Austin Kleon y de su estilo, es la importancia que le quita al arte, en el buen sentido, hace que se sienta menos inalcanzable y más como un juego, como algo divertido que cualquiera puede hacer.

Es el mejor profesor de arte que he tenido, el que me motivó a intentarlo y a creer que yo también puedo, por lo menos ser más creativo. Creo que un buen maestro o maestra es la que logra movilizar al estudiante.

No existiría este blog si no fuese por Steal like an artist y si bien lo que hago es resultado de una suma de motivaciones, ese libro fue sin duda el empujón final que necesitaba.

En Show your work aprendí que todos tenemos algo que enseñar y algo que aprender, compartir el proceso que te llevo al producto final es la mejor forma de mostrar el valor de tu trabajo, especialmente cuando todavía no hay producto final.

«Eso es todo lo que somos: aficionados. No vivimos lo suficiente para ser otra cosa».
—Charles Chaplin
Libros y movimiento

La gracia de la teoría es darle una utilidad en el mundo real, como cualquier otra herramienta.

Es por eso que me encanta aprender, porque veo las ideas y los conceptos como trucos que puedo incorporar a mi repertorio.

Al igual que un mago, cuanto más trucos sepa, mejor va a ser el show que pueda producir y más divertida será la magia, para mi y para el público.

El mundo físico y el de las ideas se retroalimentan constantemente.

Los libros producen una reacción química, liberan energía, generan movimiento:

  • Ya sea impulsarme a intentar algo completamente nuevo.
  • Ayudarme a mejorar un aspecto de mi vida.
  • O incorporar una idea nueva, que aunque no me mueva inmediatamente, cambia la forma en la que veo la realidad.

Pensar diferente, más tarde o más temprano es actuar diferente.

¿Es posible ver más y seguir viviendo de la misma manera? ¿Es la misma vida si la vivo diferente? ¿Pensar no es una acción? ¿Actuar no es primero una idea?

Nunca va a ser fácil

Algunas cosas nunca van a ser fáciles, es normal.

Es normal que te cueste, no hay ningún truco secreto que tengas que aprender ni misterios ocultos que conspiran en tu contra.

No es tu genética, ni tu estrategia, ni tus conocimientos, ni tus recursos…

Es tu voluntad, la voluntad de ser capaz.

Puede que con el tiempo aprendas a disfrutarlo o a convivir con la dificultad, pero nunca va a ser fácil, esperar que así sea es otra excusa para seguir postergando.

En cualquier caso, incluso ante la mayor de las adversidades, solo hay una pregunta que vale la pena responder:

¿Lo voy a hacer o no?

Disciplina

No importa cuanto me cueste, cuanta procrastinación, cuanto dolor o sufrimiento, cuanto dude, cuanta negatividad tenga que escuchar. No importa el resultado; si es mucho, poco, bueno, malo, mediocre, vergonzoso. Si llega a una persona, a todas o a ninguna.

Nada de eso supera la sensación de paz que produce cumplir conmigo mismo.

Ningún obstáculo imaginario ni material fue suficiente para desviarme del camino.

Al menos por hoy, la batalla está ganada.

La disciplina es el ejercicio de la libertad.

Vivir en la zona de genio

El problema del límite superior es una teoría presentada por Gay Hendricks en su libro Tu gran salto (The big leap).

Dice que nuestra capacidad para tolerar la abundancia, el amor o la felicidad tiene un límite, y que una vez superado, nos autosaboteamos para volver al estado habitual.

Habla también de la zona de excelencia, donde a pesar de saber cómo funcionar bien y obtener grandes resultados sin mayor esfuerzo, llega un punto en el que nos sentimos insatisfechos, alimentamos principalmente a los demás pero no a nosotros mismos, no expandimos nuestro límite superior.

«Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es inútil»
—Albert Einstein

Una vez que nos liberamos del problema del límite superior y decidimos salir de la zona de excelencia, nos espera la zona de genio, que Hendricks define como una espiral en la que ascendemos continuamente a medida que expandimos nuestra capacidad de manejar mayor abundancia.

Cuando vivimos en la zona de genio somos agentes libres «listos para responder a las infinitas posibilidades del momento presente» y decimos que sí, únicamente a lo que está alineado con nuestro propósito más alto.

Esta técnica es lo que él llama el No iluminado, consiste en descartar todo lo que va en contra de nuestra zona de genio.

De vez en cuando se me presentan oportunidades que pueden ser favorables en muchos aspectos, pero que entran en conflicto con mi propósito y me alejarían de mi zona de genio.

En estos casos, cosas como el dinero, la aprobación o el confort pueden ser una distracción. Teniendo claro hacia dónde voy, es mucho más fácil decir que no y seguir adelante.

A diferencia de otras decisiones, el No iluminado no surge del miedo, sino del amor al propósito.

En la zona de genio protegemos nuestro potencial y aportamos al mundo lo mejor que tenemos.

Antes de renunciar

Hay motivos válidos para renunciar a un proyecto o a un objetivo, pero muchas veces estos motivos son fantasmas, inventados por la mente para evitar enfrentar el miedo al fracaso, al éxito, o a lo desconocido.

Algunos motivos válidos pueden ser:

  • Falta de motivación o interés.
  • Estar tolerando algún tipo de daño físico o psicológico. Ejemplo, trabajar con productos tóxicos, o en un ambiente en donde predomina la negatividad, no la colaboración.
  • Llegar a un techo, haber aprendido todo lo que se podía.
  • Necesidad de emprender nuevos desafíos.
  • Optar por una oportunidad mejor.

Antes de renunciar, preguntate 10 veces cuál es la verdadera razón.

¿Es un motivo válido real, o es miedo? Que produce razones artificiales, diseñadas para alejarte de eso que te aterra.

Será mucho más fácil encontrar la forma de superarlo, o como mínimo, de aprender a convivir con ese miedo una vez que identifiques cual es.

No es momento de renunciar cuando los motivos son un miedo oculto, es momento de enfrentarlo y aprender. Es una oportunidad de crecimiento personal, un desafío, una prueba.

El miedo superado desaparece, hay un punto de no retorno, un antes y un después.

Y quien supera un miedo, supera dos.

Identidad y sus consecuencias

Nuestra idea de éxito dice mucho de como nos definimos, y como nos definimos es como entendemos nuestra identidad.

Soy y luego actuo.

Cada acción es un voto a favor o en contra de la persona que quiero ser, explica James Clear.

Mejorar empieza por actualizar nuestra identidad, y es importante que esté alineada con nuestros objetivos, a dónde queremos llegar.

Conformarse es tan nocivo como tener una expectativa demasiado alta.

Pero hay un punto justo, en el cual aprendemos, progresamos y el esfuerzo es sostenible en el tiempo.

Por debajo está la zona de confort, donde los sueños y las personas se estancan.

Por encima, la zona de peligro es más de lo que podemos manejar, ningún esfuerzo será suficiente.

En pocas palabras.

  1. Identidad: Decido quien quiero ser.
  2. Éxito: Una barra horizontal, que está a mi alcance, pero que solo llego si pego un salto.
  3. Expectativas: A qué altura está la barra.