Primera ley
Somos energía. Influimos sobre el entorno que nos rodea, desde lo que pensamos y sentimos hasta lo que hacemos con el cuerpo en el espacio que habitamos. Es lo que se conoce como actitud, el resultado de un conjunto de pequeñas acciones que sumadas cambian la tonalidad de la luz que emite nuestra energía.
Segunda ley
La energía no se crea ni se destruye, se transforma, circula. El día tiene 24 horas. No se puede hacer dos cosas al mismo tiempo. Dar energía es quitar energía. Una hora que estoy trabajando es una hora que no estoy con mis amigos, una hora con el celular es una hora que no estoy leyendo un libro. Para poner energía en un lugar, hay que quitarle energía a otras cosas.
Tercera ley
Cantidad no es calidad. No todas las energías son iguales. Buena energía es más importante que mucha energía. Absorbemos y liberamos energía todo el tiempo; la comida que comemos, el contenido que consumimos, las personas con las que pasamos más tiempo, los pensamientos que alimentamos. Todo es energía circulando en alguna dirección. Mucha negatividad puede hundirnos en una depresión, demasiado optimismo puede pasar por alto problemas que deberíamos atender.
